Para lograr algo, primero hay que imaginarlo.(III)

 

Para lograr algo, primero hay que imaginarlo.

" Entre el pensamiento y la palabra hablada existe una fisura en la que puede penetrar la intención, el símbolo puede ser abstraído y la mentira admitida en la existencia".

- Ursula Kroeber Le Guin (1929-2018) -


Arthur Charles Clarke fue un escritor y científico británico, que empezó a publicar libros de ciencia ficción en 1946. En ese mismo año, moría otro autor inglés Herbert George Wells.
Así como Clarke, sería conocido por Arthur C. Clarke, al señor Wells, se le reconocería por H.G. Wells, quien sería calificado por muchos como el padre de la ciencia ficción contemporánea. Esto, a pesar que Jules Gabriel Verne (conocido por lo hispanohablantes como Julio Verne) comenzó a escribir por 1850 y en 1859 inició su serie de "Viajes extraordinarios", por lo cual, sus obras anteceden a las de H.G. Wells. Sin embargo, estas serían para algunos consideradas más dentro del género de aventuras que del de ciencia ficción. Por supuesto, sí se le otorga a Verne el calificativo de visionario y adelantado a su época. Su primera obra de ficción "Paris en el siglo XX" no se publicaría hasta después de su muerte por decisión de su editor, sin embargo, en ella demostraría su enorme imaginación, anticipándose a los futuros adelantos científicos y tecnológicos, como  por ejemplo una interconectada red internacional de comunicación (una especie de Internet). Posteriormente se adelantaría 18 años al submarino propulsado por electricidad del español Isaac Peral. En esa misma aventura de su obra "Veinte mil Leguas de Viaje Submarino", el capitán Nemo tomaría fotografías del fondo del mar, cosa que no sería posible hasta más de 20 años después (cuando lo hiciera el biólogo francés Louis Boutan)¹). En aquel momento sacar una simple fotografía en superficie, a pesar de los años que habían pasado desde que Louis Jaques Mandé Daguerre introdujera su daguerrotipo en 1839, el proceso aún necesitaba placas de vidrio o de metal, productos químicos y tiempos de exposición cuidadosamente calculados. En otras palabras: algo complicado sino casi imposible de realizar bajo el agua.

H.G.Wells dejaría muchas obras memorables como "La máquina del tiempo" (1895), "La isla del doctor Moreau" (1896), "El hombre invisible" (1897), "La guerra de los mundos" (1898), "Cuando el durmiente se despierta" (1899), "Los primeros hombres en la Luna" (1901), "La guerra en el aire" (1908)  y tantas otras.

Aunque por supuesto, es solo casualidad que Arthur C. Clarke haya comenzado a escribir sus obras de ciencia ficción el mismo año que fallecía H.G. Wells, es muy posible que no se pudiera seleccionar un sucesor mejor. Siendo el autor de la saga: "El Centinela", "Odisea Espacial""2001:Odisea del espacio" y las no tan conocidas "2010: Odisea Dos" (o "2010: The Year We Make Contact"), "2061: Odisea Tres" y "3001: Odisea Final", según muchos, su mejor obra es "Las Fuentes del Paraiso".Con esta obra, Arthur C. Clarke ganó, igual que con "Cita con Rama", los premios Nébula y Hugo²).

Si con "Cita con Rama" ("Rendezvous with Rama") escrita en 1972, Arthur C. Clarke parece anticiparse al descubrimiento efectuado por el observatorio de Hawái el 19 de octubre de 2017, del primer visitante extragaláctico que se conoce, Oumuamua, que sigue a la fecha siendo centro de especulación de los científicos³). Con "Las Fuentes del Paraiso" ("The Fountains of Paradise") (1978), Clarke introduce una idea que hoy es considerada totalmente viable e incluso económicamente atractiva. La construcción de un ascensor espacial, que también encontraremos en obras posteriores de este autor, como "Cánticos de la Lejana Tierra" (1986) y "3001: Odisea Final" (1997). Digamos que la introducción de esta idea en la literatura de ciencia ficción le es compartida por Charles Sheffield quien menciona un ascensor espacial en su novela "La Telaraña Entre los Mundos" ("The Web Between the Worlds"), que fue finalizado algunos meses antes, aunque él no consiguió publicarlo hasta que la novela de Clarke apareciera. La idea original sin embargo corresponde a Konstantin Tsiolkovsky, quien en 1895, imaginó una torre construida en el ecuador de la Tierra. La idea de Tsiolkovsky fue recogida por otro ingeniero ruso Yuri Artsutánov (1929-2019) que en 1960 lo proponía como un método seguro y barato. Su concepto consiste en descolgar un cable desde un satélite en órbita geosincrónica con la Tierra, a unos 36 000 km de altura, hasta la superficie del planeta. A su vez, se desplegaría un cable similar en la dirección contraria. La fuerza centrífuga del cable exterior compensaría el peso del cable interior, manteniendo el satélite en órbita. Aunque en la fecha en la que fue publicado el artículo, Artsutánov admitía que no existía ningún material capaz de soportar su propio peso a lo largo de los 36 000 km necesarios, los avances en la ciencia de materiales, y en especial la aparición de los nanotubos de carbono han provocado que varias agencias espaciales se hayan interesado por esta idea.

El bioquímico ruso nacionalizado estadounidense Isaac Asimov fue otro exponente de esta literatura con la saga de novelas "Fundación" y los libros de relatos "Yo, robot" y "El hombre bicentenario", llevados al cine. Entre los otros autores destacados del género, Ray Bradbury es considerado el poeta de la ciencia ficción. El ingeniero aeronáutico Robert A. Heinlein, con su obra "Estrella Doble" (1956) con la que ganó el primero de los cuatro premios Hugo que obtuvo y considerado junto con Asimov y Arthur C. Clarke, "los tres grandes del género". Otros destacados autores son Philip K. Dick con su obra centrada en los gobiernos autoritarios, el control policial y el poder de las corporaciones. J.G. Ballard quien definió un estilo, el "ballardismo", con un enfoque diferente de una humanidad y un mundo en descomposición. Habiendo estudiado siquiatría, el definiría su obra como influenciada por el sicoanálisis y el surrealismo. Como representante femenina, Ursula K. Le Guin con "La mano izquierda de la oscuridad" (1969) ganador del premio Nébula y Hugo, introduce un personaje negro, cosa no habitual en el género. "El nombre del mundo es bosque" (1976), se parecerá mucho a la trama del posterior film "Avatar". Otra de sus grandes obras es "Los desposeídos" (1974) que recibió los tres premios más importantes del género: el Nébula, el Hugo y el Locus. Ursula Le Guin se ocupa en su narrativa de igualdad de género y otros temas sociales que la convierten su obra en un subgénero de ciencia ficción social. Con seis premios Nébula, ocho Hugo y veintidós Locus, se convierte en la abanderada femenina del género. Si la obra de Arthur C Clarke es considerada por los críticos como "ciencia ficción dura", por lo relevante de la descripción técnica en su narración, la obra de Le Guin podría tildarse de "ciencia ficción blanda, suave o humana". La autora incluso creará un lenguaje que se insertará en el género y más allá. Su "La mano izquierda de la oscuridad" comenzará con la transcripción de un mensaje "ansible". La palabra ansible que Le Guin inventó es una derivación de "answerable" ("respondible" o sea que es pasible de respuesta) es una especie de comunicación instantánea, como vimos en las entradas del "Gato de Schöridenger", es una comunicación cuántica que no respeta la velocidad de la luz, ni las leyes físicas electromagnéticas. Su adopción por Ursula K. Le Guin fue realizada en 1966 para su obra "El mundo de Rocannon". El término fue adoptado luego por otros escritores como Orson Scott Card en la saga "El juego de Ender". Posteriormente, también daría nombre a un tipo de Software de código libre para configurar y administrar ordenadores
Esta obra de Le Guin "La mano izquierda de la oscuridad" es para los amantes del género, un libro para releer, pues en cada una de sus lecturas se puede extraer una revisión, una frase, una reflexión. Pienso que sus palabras expresan más que lo que se imponen decir, invitan al lector a pensar. 


¹)- Hoy sabemos, que unos 30 años antes que Boutan, un abogado inglés llamado William Thompson utilizó una cámara de placas de vidrio de colodión húmedo dentro de una caja de madera, y con una cuerda abrió su persiana a unos cinco metros de profundidad, pero solo consiguió una placa borrosa de grises. Dudamos que este acontecimiento, ocurrido en la bahía de Dorset haya sido de conocimiento de Verne.

²)- El galardón literario Hugo, sólo premia obras dentro del año que son publicadas, mientras el premio Nébula sólo nomina las publicaciones al año siguiente de las que considera mejores obras de ciencia ficción o fantasía publicadas en Estados Unidos. En el caso de "Las Fuentes del Paraíso" , se le otorgó el premio Hugo de 1979 y Nébula de 1980. Mientras que "Cita con Rama" los recibió en 1973 y 1974.

³)- El Oumuamua ("visitante de lejos que llega primero" en hawaiano, algo así como "explorador") ha intrigado a los científicos desde su descubrimiento presentándose como algo totalmente diferente a lo conocido y con una serie de comportamientos anómalos. Primeramente, se identifico, como un cometa, lo que se descartó por no poseer cola, ni coma; luego como un asteroide, aunque su forma era totalmente inusual y también lo era su comportamiento. Al alejarse del Sol Oumuamua, se aceleró en vez de enlentecerse. Entonces se dijo no es un asteroide, Marcho Micheli de la ESA dijo "es un pequeño y extraño cometa" que estaba descargando material de su superficie helada debido al calentamiento solar (también conocido como desgasificación). La liberación de este material, que es consistente con la forma en que se comporta un cometa, le daría al Oumuamua el empuje constante que necesitaba para lograr este aumento de velocidad. Pero Bialy y Loeb ofrecen una contra explicación. Si Oumuamua era en realidad un cometa, ¿por qué entonces no experimentó desgasificación cuando estaba más cerca de nuestro Sol? Además, citan otras investigaciones que mostraron que si la desgasificación fuera responsable de la aceleración, también habría provocado una rápida evolución en el giro de Oumuamua (fenómeno que no ha sido observado). El giro del Oumuamua se mantenía en una lenta rotación completa cada 5 o 8 horas. Así pues, en pleno mayo de 2022, el director del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard, Abraham Loeb decía: "Cuanto más estudio este objeto, más extraño me parece, y me pregunto si podría tratarse de una sonda artificial enviada por una civilización alienígena". "Quizás una nave extraterrestre que ha dejado de funcionar". En 2015 un cortometraje de ciencia ficción de título "Arco de choque", supervisado por el Observatorio Astronómico de la Universidad de Valencia, ya especuló con esta idea.
Concepto artístico del asteroide 1I/2017 U1, también conocido como 'Oumuamua. Image Credit:European Southern Observatory / M. Kornmesser 

El 31/05/2022, Universe Today, publicaba "Las civilizaciones ni siquiera necesitan naves espaciales para migrar de un sistema estelar a otro sistema estelar", recogiendo una artículo de Journal of Astrobiology: "Migración de civilizaciones extraterrestres y colonización interestelar..." cuya autora es Irina Romanovskaya, profesora de Física y Astronomía en Houston Community College.
Al presente, los viajes estelares se hallan fuera de nuestro alcance. Nos lleva cinco años llevar una sonda a las cercanías del planeta Júpiter. Y que tan grande debería ser una nave espacial para llevar parte de una civilización a un sistema estelar lejano. Ante las dificultades que plantea dicha misión que sería esencial para una civilización cuya estrella estuviera al final de su existencia, se pregunta Irina Romanovskaya: ¿Y si estuviéramos planteándonos el problema al revés y lo que que necesitáramos no son naves espaciales interestelares sino planetas?. Ella propone que quizás la mejor manera de moverse por el universo sea utilizando planetas errantes. Ellos se mueven libremente por el espacio sin estar atados gravitacionalmente a ninguna estrella. Pero para subir "a bordo" habría que esperar un largo tiempo. Es más fácil tomar un planeta del propio sistema y hasta posiblemente utilizando sus propios recursos convertirlo en un planeta errante. Comenta que pensamos que los planetas errantes son fríos e inhóspitos. Y lo son, a menos que tengan océanos subsuperficiales cálidos por la desintegración radiogénica. En 2021, un grupo de científicos descubrió entre 70 y 170 planetas errantes del tamaño de Júpiter y en 2020 otro estudio sugirió que el número de ellos en nuestra galaxia podría ser de 50.000 millones. Pero Romanovskaya considera que otra fuente es la Nube de Oort de nuestro Sistema Solar y pone como ejemplo al planeta enano Sedna que posee una órbita altamente excéntrica. Recordemos que Arthur C. Clarke en "Cita con Rama", nos describe un asteroide llamado Rama, un mundo nave.

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