El gato de Schrödinger (11°parte)
-El gato de Schrödinger continúa siendo protagonista.-
"En la historia de la física ha habido tres grandes revoluciones en el pensamiento que en el principio parecían absurdas pero que demostraron ser ciertas. El primero propuso que la Tierra en lugar de estar estacionaria, se movía a una velocidad grande y variable en un Universo que es mucho más grande de lo que parece para nuestra percepción inmediata. Esta propuesta, creo, fue hecha por primera vez por Aristarco hace dos milenios... Sorprendentemente el nombre Aristarchos en griego significa mejor comienzo. [Las siguientes dos revoluciones ocurrieron... a principios del siglo XX: la teoría de la relatividad y la ciencia de la mecánica cuántica... ]" Eduardo Teller (2001)
Hugh Everett
Al comienzo de la segunda parte mencionábamos a Hugh Everett, estudiante doctoral de John Wheeler, al que me referiría más adelante. En esta parte, Everett será el protagonista principal.
Como vimos, entre otras cosas, en la mecánica cuántica, el observador incide sobre el resultado de la observación. En el final de la parte tercera subrayábamos: "cambiando el experimento se cambia la realidad cuántica" y "se debe admitir entonces la no-localidad de la física cuántica y la realidad del estado de entrelazamiento". Dos cosas con las que discrepaba Einstein y que plasmó en dos famosas frases:
"Me gusta pensar que la Luna está hay, incluso si no la estoy mirando".
"Dios no juega a los dados con el universo".
En "El gran test de Bell", se comienza diciendo: "Un test de Bell es un experimento que decide si el mundo es tan extraño como explica la mecánica cuántica. Nuestra experiencia diaria nos enseña que la materia inanimada tiene una realidad independiente de nosotros. Por ejemplo creemos que la Luna gira alrededor de la Tierra desde antes de que hubiera alguien para darse cuenta. La física cuántica parece decir una cosa diferente: que el acto de observar el mundo lo puede cambiar". En este mismo link se habla del realismo local, reuniendo principios con los que fundamentamos nuestra visión ordinaria de la realidad: que los objetos existen independientemente a que los observemos, que se pueden extraer conclusiones generales de las observaciones y que nada puede propagarse más rápido que la luz en el vacío. Durante la década de 1970, se efectuaron numeroso experimentos que terminaron confirmando las predicciones de la mecánica cuántica. La interpretación de Copenhague se ha resistido a toda la oposición que la rechazaba, pero no llena el vacío de contestar que es lo que sucede con esos mundos cuánticos que colapsan. Parece ser la respuesta que finalmente apoyan actualmente los científicos que el gato de Schrödinger está vivo y está muerto al mismo tiempo, pero en dos o más mundos diferentes.
Hugh Everett, fue quien nos dio la idea de un multiverso de innumerables universos, desarrollando esta idea para su tesis doctoral.
Desde niño, Everett, destacó por su curiosidad y a los 12 años escribió cartas a Albert Einstein, el que tuvo la deferencia de contestar. En una carta escrita el 11 de junio de 1943, Einstein, le contestó a Hugh:
"Querido Hugh: No existe tal cosa como una fuerza irresistible y un cuerpo inamovible. Pero parece haber un chico muy terco que se ha abierto paso victoriosamente a través de extrañas dificultades creadas por el mismo para este propósito. Atentamente tuyo, A. Einstein".
La interpretación de Hugh Everett, fue publicada en el año 1957 y esta sólidamente fundamentada matemáticamente. Sin embargo fue ignorada por los científicos de la época, a pesar del apoyo que le ofrecía Wheeler. Recién a finales de los años sesenta, Bryce DeWitt la retomo y en 1970 un artículo suyo en Physics Today expresaba que la interpretación de Everett resultaba atractiva cuando era aplicada a la paradoja del gato de Schrödinger y diciendo que la preocupación de si el gato está vivo y muerto a la vez, o también ni vivo ni muerto, ya no es importante; lo que se sabe es que en nuestro mundo la caja contiene un gato vivo o un gato muerto, y que en el mundo continuo hay otro observador con una caja idéntica con un gato vivo o un gato muerto. Y termina reflexionando que si el Universo está en "constante desdoblamiento en un asombroso número de ramas", entonces cada transición cuántica en cualquier remota parte de nuestro Universo está desdoblando nuestro mundo en "miríadas de copias de si mismo".
En la ciencia ficción ya en el año 1938, la publicación en revistas de "The Legión of Time" de Jack Williamson, maneja la versión de dos mundos diferentes. A partir de allí, cada vez han ido aumentando las versiones de ficción de mundos paralelos. El concepto científico, no coincide con esa idea, los otros mundos se ubicarían perpendicularmente en el "superespacio". La idea de los multimundos, soluciona muchas incongruencias y rellena vacíos de la interpretación de Copenhague. Ante evidencias que no completaban el modelo, los científicos argumentaron que debía de haber variables ocultas. Estas no eran conocidas y por tanto, no podíamos predecir con certeza los resultados de las mediciones. Era la forma de seguir adheridos al determinismo. Ya en 1927, se había presentado una teoría de variables ocultas, los intentos han seguido hasta el día de hoy. Que sepa la última en 2013, presentada por Giancarlo Ghirardi y Raffaele Romano. Con la interpretación de Everett, el mundo es tal cual, no existen variables ocultas. Dios no juega a los dados y en esto Einstein no se habría equivocado.
Contesta a la cita de Einstein: "Me gusta pensar que la Luna está allí, incluso si no la estoy mirando".
De acuerdo a ésta interpretación, como podemos razonar, el pasado está determinado por la percepción del mundo. Una vez observada la Luna, esta se incorporará a la realidad local. Mediante la observación se ha hecho la selección de una realidad. La Luna sigue allí, aunque nadie la esté observando.
Por lo menos con los conocimientos actuales, si está claro que que no se puede determinar el futuro, por la cantidad y contradicciones de las posibles realidades.
Con respecto al estado de la física, el filósofo y físico Max Jammer opinaba que a partir de 1925 la física "era, desde el punto de vista metodológico, una deplorable combinación de hipótesis, principios, teoremas y recetas operativas que distaba mucho de constituir una teoría lógica coherente". Cuando accedió a la interpretación de Everett sentenció: "la teoría de los otros mundos es indudablemente una de las más osadas y la más ambiciosa de las teorías construidas en la historia de la ciencia".
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